Fausta se sentó en el sillón y empezó a hablar sobre su vida. Al ritmo de las preguntas de Noemí expresó en cada palabra parte de su emoción. Así fue captando nuestra total atención, para sumergirnos en un mundo de recuerdos, un tiempo pasado signado por el trabajo, “su mundo”. Nacida en los albores del siglo XX bajo el nombre de Fausta Cayetana Juliana Cardozo, como era antes: Juliana por la señora con que se crió su padre, y Cayetana por el almanaque, si, por que Fausta nació un 7 de agosto pero del año 1912.
¿Nació acá en Mansilla?
No, yo nací en la costa, en campos de los Pais. Después en mi infancia venimos más cerca de Mansilla, cerca del desvío. A mi papa lo vieron para que estuviera de puestero, cuidando las puertas por donde pasaba la gente. Había tres portones: uno que venia para Mansilla, otro para la costa y otro para Galarza. Y siempre nos daban unas monedas o nos dejaban alguna que otra cosa. El patrón, un estanciero ingles, nos daba la carne, la harina y la sal.
¿Cuantos hermanos eran?
Once hermanos en total, algunos vivieron acá, otros en Galarza
¿De que trabajaba su papa?
Mi papa era esquilador, pero siempre hacia changas, o acomodaba alambres.
¿Y después viviendo en Mansilla, que familias para las que trabajó recuerda?
Acá, a los Reato, los Burman, los Embon. A los Reato les lave durante 11 años. Lavar la ropa y plancharla. Por que antes la ropa había que enjuagarla con almidón, para que quedara con más cuerpo.
¿Con que planchaban?
Teníamos planchas que se calentaban directamente al fuego y otras que andaban a carbón.
¿También hacia otras actividades?
Salía al campo a juntar maíz, a cortar guinea y cabezas de girasol. Tareas de todo el día durante la cosecha.
¿Y los hijos donde los dejaba?
Los llevaba al campo conmigo. Don Alejandro Rein me decía “la comadreja” por que marchaba con todos los gurises. Juntaba el maíz y se los dejaba para que ellos lo embolsaran.
¿Cuantos hijos tuvo?
Son siete, más varios sobrinos que ayude a criar.
¿Que otros lugares conoce?
He viajado poco, pero he ido a la casa de mis tías en Zarate. Cuando había el tren fui varias veces. El viaje era largo y parecía muy lejos por lo lento que iba el tren.
¿Como era Mansilla en aquella época?
La población era poca, pocas casas en el pueblo. Había más gente en el campo. Uno de los negocios más grande era la esquina que muchos años tuvo Monti. Era de unos judíos que tenían tienda. Por que acá en Mansilla primero llegaron muchos judíos, después vinieron más italianos, que costaba entenderle lo que hablaban. Por ultimo vinieron de todo un poco.
¿Que recuerdos lindos tiene de aquellos años?
Pocos. No sabíamos lo que era ir a una fiesta. Tampoco fui a la escuela, por que mi hermana y yo, que éramos las más grandes, teníamos que ayudar en las tareas. Ir hasta los arroyos a buscar agua, por que en Mansilla había solo dos pozos de agua…
Con la contundencia de sus palabras seguimos desandando la charla sobre la vida de sus hijos. Derivamos en temas más triviales, quizás para no recordar ese “pocos” de una vida marcada por el trabajo y las ausencias, la vida de una mujer que a los 95 años mantiene su figura erguida. Que aunque sus pasos sean lentos, se muestran certeros y conducentes. Y por más que veamos sus manos arrugadas, ellas mantienen la capacidad de aferrarse a su bastón. Un ejemplo de “mujer” que quisimos mostrarles.
1 comentario:
BENDITA FAUSTA!!! Que aún bromea con fina ironía, que es un ejemplo de vida para cualquier mujer de nuestro tiempo, en que, permitamenlo, las mujeres vienen más 'flojitas'. En ella vaya el recuerdo para doña 'Conce', para l as hermanas Curzio, para Maruca Ormaechea y para todas las que bandeando los 80 aún le dan pelea a la vida con tanta gallardía y que escapan a mi memoria.
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