Miércoles 10 de diciembre, 25 años de Democracia. Buen gesto del Intendente R. H. Orué el homenajear a quienes en ese lapso fueron alguna –o varias veces- elegidos por el pueblo como sus representantes a nivel local o departamental, entregándoles diplomas recordatorios.
Organizado por el Municipio y la Dirección Departamental de Educación, el acto reunió a actuales y anteriores vocales de la Junta, los ex presidentes municipales Daniel Sarasola, Héctor Marozzini, Néstor Ormaechea y familiares del fallecido Manuel Marani. También asistieron el Intendente de Maciá, Troncoso y algunos ex legisladores departamentales o sus familiares, entre ellos Marcelo Casaretto y Luis Leiva. Hubo notables ausencias en el sector oficialista: vocales de Junta, ex legisladores y el Senador Juan Navarro.
El Director de Cultura leyó su discurso – en primera persona- donde mencionó sólo al Dr. Alfonsín, reflexionó brevemente sobre el concepto de Democracia y terminó subrayando una frase del locutor presentador.
El Director Departamental de Educación Lic. Andrés Casaretto alarmó con estadísticas demostrativas del descreimiento que tiene la juventud sobre los valores del sistema democrático como forma de gobierno, bienestar de los pueblos y oportunidades para todos. Señaló el compromiso de la educación y la responsabilidad de todos para revertir esta situación.
Hasta aquí TODO NORMAL.
Le tocó el turno de disertar al Intendente Orué y ¡OH SORPRESA! Sin inmutarse ni demostrar ninguna extrañeza LEYÓ EL MISMO DISCURSO QUE EL DIRECTOR DE CULTURA PROFESOR EDUARDO SEGURA, subrayando –para colmo por tercera vez- las expresiones del locutor.
Ahora bien, pregunto:
¿Nadie supervisó la organización de este importante acto público?
¿El Director de Cultura se atribuyó la representación de Orué estando éste presente?
¿Qué clase de comunicación hay entre estos funcionarios?
¿Qué estaba pensando Orué que no percibió lo que leía?
¿No pudo nuestro Intendente improvisar para salvar la situación?
¿Tan poco “inspira” la Democracia como para que pase esto?
Lo que pudo ser un acto trascendente se transformó en bochorno, en una especie de burla penosa y agravio a la dignidad de los presentes, en una muestra más de la superficialidad e improvisación con que se trata lo que debe ser considerado con enorme respeto y seriedad. Sólo para la foto…
Con dolor comprendo la desilusión de los jóvenes aunque, por suerte muchos de los que estuvimos presentes sabemos que, a pesar de los hombres, esta joven Democracia tiene aún oportunidades de adultez.
María del Carmen González de Rossetti