Paso de Lesca, zona afectada, cultivo de soja, animales que beben de las aguas del Clé - R. D. Imágenes
Caminamos hasta el paso propiamente dicho y nuestra segunda sorpresa fue observar un número importante de peces muertos, a lo cual inmediatamente devinieron los comentarios, la cortesía se desdibujó, e impulsivamente decidimos continuar el recorrido aguas arriba del Clé, en procura de más información. Más nos alejábamos, mayor era la cantidad de peces muertos, pequeños, medianos y de gran porte (30 a 60 cm, de variadas especies). Queríamos encontrar una explicación a lo que estábamos viendo, continuamos caminando, dejamos la caja del arroyo, caprichosamente esculpida entre barrancas y subimos a los efectos de adquirir altura y en consecuencia tener un nuevo punto de vista, a lo cual nos topamos con la tercera sorpresa, el lecho del arroyo sitiado por una plantación de soja (arriba salvaguardada de la creciente).
Saltó inmediatamente la explicación que inquiríamos, el uso irresponsable e indiscriminado de agroquímicos en los cultivos de soja…
El Arroyo Clé, por sus características propias, en cuanto a la cantidad de agua que conserva normalmente, cuenta con una fauna ictícola no muy abundante, diríamos más bien escasa, pobre, por eso cuando hablamos de peces de 30 a 60 cm., los consideramos de gran porte, obviamente para este lugar. Aproximadamente a unos 1000 m. del paso propiamente dicho, la mortandad de peces, era, podríamos decir total, lo que equivale a fauna ictícola irrecuperable. Observamos también muchas especies autóctonas de plantas con su follaje amarillento. Otra indagación que pudimos realizar, es que en esta zona hay una gran cantidad de ganado vacuno, el cual bebe el agua del arroyo.
Lo que bendijo el Señor, estropea el hombre.
Paso de Lesca, zona afectada - R.D. Imágenes
“Los efectos negativos en la salud y el ambiente por uso de agrotóxicos en la agricultura no resultan una novedad. Sin embargo, recientemente se han multiplicado las denuncias por casos de contaminación a lo largo del país, sobre todo, en pueblos y comunidades cercanas o rodeados por campos de soja transgénica.En Argentina, la expansión de la soja transgénica que alcanza las 14 millones de hectáreas, no ha logrado evitar el proceso de contaminación y perjuicio de otras actividades agropecuarias que se ven afectadas por el uso del paquete tecnológico que se aplica en este cultivo (glifosato; 2,4 D1; paraquat; endosulfán; etc.).
Aunque se las ha tratado de minimizar, e incluso silenciar, las víctimas de esta
contaminación silenciosa están protagonizando una lucha por dar conocer los hechos y poder así, no sólo frenar los abusos que sufren, sino también despertar la conciencia de la sociedad en su conjunto.
A pesar de todo lo anterior, no existe ningún tipo de registro oficial sobre casos de contaminación producidos a causa de los cultivos de soja expandidos en el país… “(FORO DE LA TIERRA Y LA ALIMENTACIÓN, MARZO 2004)
Lamentablemente, el uso imprudente, indiscriminado y descuidado de agroquímicos, así como su deficiente almacenamiento, está provocando trastornos severos en la salud de las personas, tal como lo revelan innumerables estudios científicos. La contaminación por el empleo de tóxicos, no solo nos afecta a los humanos sino que está dejando huellas devastadoras a nivel ecológico.
El hombre, los animales, los vegetales, el aire, el agua, la tierra, el medio todo… requiere un cambio urgente en nuestras actitudes, nos estamos destruyendo segundo a segundo, y neciamente miramos para cualquier lado, nos hacemos los desentendidos…
No es cuestión de oponerse a determinados cultivos, es cuestión de buscar los medios adecuados y saludables para hacerlo, no podemos respaldar nuestra destrucción a beneficio de unos pocos como es costumbre.
Me pregunto: los controles al respecto ¿son inexistentes?, ¿qué han legislado nuestros representantes?, indudablemente se olvidaron que nos representan, ¿Qué acciones promueven las autoridades?
Las respuestas conforman vacíos inconmensurables…
Debemos concientizarnos que estamos sembrando muerte, y que por ende, sólo cosecharemos abundante muerte, la muerte del medio ambiente y del hombre, que se jacta de agente transformador, pero en este caso es el gestor de su propio nefasto final…
Definitivamente, lo que debía ser un momento de apacible regocijo, concluyó en un estado de indignación, ante tanto descuido y torpeza, ante el atropello que hacemos no solo a la naturaleza, sino a nosotros mismos…
Quienes dimos el paseo, regresamos ostentando síntomas de alergia.
No podemos seguir silenciado lo que todos sabemos y lo que es peor aún, lo que directa o indirectamente padecemos…
Un día después (12-02-07) volvimos, y ahora en compañía de alguien que acredita mayores conocimientos al respecto, a consecuencia de revalidar o descartar nuestras hipótesis. Verificamos más profusamente la zona, y no solo corroboramos lo que pensamos sino que pudimos establecer nuevas conjeturas.
La muerte de los peces pareciera haberse producido de modo compulsivo, y no de manera gradual y progresiva.
El mayor porcentaje de peces muertos se concentra en una zona acotada.
Esto nos permite aventurar que a la pulverización por medio terrestre o aéreo se le suma otro agravante, en el área de mayor mortandad, se produjo una toma de agua o se higienizaron herramientas de trabajo, entre otras posibilidades…
Y, nuevamente nos confrontamos a la Irresponsabilidad.
El medio ambiente, requiere imperiosamente de nuestro cuidado, de su equilibrio depende la vida humana.
Este no es el único tema, es uno de los tantos que ameritan atención, tratamiento y acciones contundentes y de carácter urgente.
Si no logramos revertirlos, estamos garantizando nuestra propia destrucción…
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