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En tiempos del COBRA – por Alejandro Edgar Ansa

La red argentina de ferrocarril fue la más importante del continente con unos 47.000 Km. de extensión por todo el país, sumado a su dinamismo económico durante la primera mitad del siglo XX. Las grandes líneas que unían las ciudades argentinas estuvieron en manos de compañías inglesas hasta que en 1948 fueron nacionalizadas por Perón. Y así, con alguna reprivatización puntual, se mantuvieron hasta las reformas neoliberales de Menem. Entre 1991 y 1993 el estado se deshizo de toda la red y se cerraron prácticamente la totalidad de las líneas.

En esos tiempos se decía que el ferrocarril perdía un millón de dólares diarios y el servicio era poco menos que pésimo. De esta forma como usuarios de los trenes el común de la gente vio con buenos ojos la privatización

De la mano de la libre empresa, el tren dejó de cumplir una función social y articuladora de las economías regionales, para empezar a transportar lo que le convenía. En apenas 7.000 Km. de vías operables los trenes de carga son mayoría, llevando la producción de nuestra tierra a los principales puertos exportadores. Los pocos trenes de pasajeros se mantienen dentro del área urbana de nuestra capital y cuentan con la “correspondiente” subvención del Estado, para que, al igual que ganado, viajen hacinados y en condiciones paupérrimas de seguridad los habitantes de la Capital.

Futuro, Presente y Pasado (AEA Imágenes)

¿Por que hablar de los trenes y recordar estos datos en estos tiempos?

La cuantía de información que se produce en estos días sobre la actualidad ferroviaria argentina, con trenes de pasajeros que no salen a tiempo, y que si lo hacen no saben en que momento llegarán a destino. Trenes varados durante horas por locomotoras sin mantenimiento. Trenes descarrilados por vías en condiciones deplorables. En este tiempo del COBRA como se refiere en el título, un tren eléctrico de alta velocidad (TAVE) que adjudicado por estos días unirá en poco más de dos años las tres ciudades más grandes del país.

¡Mirar al futuro! Seguramente con la convicción de construir mejores condiciones de para los ciudadanos. En una Argentina que no tiene asegurada su provisión energética en cada estación con consumos picos, es difícil de entender como se puede pensar en proyectos que superarán fácilmente los 1.000 millones, cuando existen prioridades en otros ámbitos. Un tren que pagaremos los argentinos –a partir de nuestros impuestos- y que usarán los argentinos que puedan pagar el pasaje similar al de un viaje en avión.

En tiempos del COBRA, seguramente pensando en el futuro, solo queda el sentimiento de los más de 600 pueblos que según la organización RESPONDE a través de los últimos censos disminuyen su población a partir de, la mayoría de ellos, el abandono del “tren”. Muchos de ellos cercanos a Gobernador Mansilla. Es un aliciente que nuestro pueblo no este incluido en esta lista, pero con claridad, permanece en el inconsciente colectivo el sonido del silbato partiendo de la estación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo con el artículo del Sr. Ansa, que es ilustrativo de una actualidad que no puede menos que pensarse como incoherente.Cientos de pueblos se disolvieron 'literalmente' en el tiempo por el abandono del tren y ahora se piensa en un tren bala... ay Dios qué país y qué gobernantes