En una tarde de mediados de febrero y al reparo de los últimos rayos del sol, iniciamos la charla, que a la sombra de las tipas de la plazoleta, prometía adentrarnos en los recuerdos de dos “Maestras del Alma”. Compartíamos el momento con Yolanda “Chichita” Reato y María del Carmen Razzetto, docentes jubiladas que formaron parte del plantel docente y directivo de
¿Chichita, cuáles fueron sus comienzos como maestra?
Empecé a dar clases en
En el año 1946 quede efectiva en el cargo y durante 8 años estuve al frente de 1º grado, a los que siguieron otros 8 más en 6º, el último año, ya que por entonces la escolaridad contaba con siete años, lo único que estaba el 1º inferior y el 1º superior.
¿Tuvo muchos grupos de alumnos?
Teníamos bastantes alumnos, los grupos mas chicos eran de 28 o 29 alumnos. En ese entonces no se separaban a los chicos por diferentes niveles de conocimientos. Había de todo: estaban los que no sabían ni tomar el lápiz y los que repetían desde hace muchos años. No había jardín de infantes, así que era una gran satisfacción llegar a fin de año y ver los logros que mostraban los alumnos. Hacíamos de maestras pero también de madres, enseñar con paciencia y respeto, brindando protección y amparo, calentando manos para que puedan empezar a escribir en las frías mañanas de invierno.
¿Cuántos años trabajó en
Mi carrera en la docencia fue de 16 años al frente del grado y después la secretaría durante 21 años más. Para el cargo de Secretaria fui a rendir a Paraná con Maria del Carmen. Era la única del departamento tala y María del Carmen fue por el Departamento Gualeguay. Aparte de la función de secretaria muchas veces tuve que volver atender un grado cuando un docente faltaba.
Durante mis años de docencia tuve muchos directores a los que quiero recordar:
Olga Rodríguez de Barreto, que fue además mi maestra de 3º grado, Jorge Nelson Mangia, Carlota Romagna, Blanca Burman de Setuain, y ya como secretaria, Magdalena Quattrocchio de Morrison y Ercilia Grassi de Garzia
¿Como eran las actividades de sus días de docente al frente del grado?
Con respecto a la forma en que trabajamos les puedo contar que las reuniones de docentes se hacían fuera del horario de clases. Al igual que los preparativos para los actos y fiestas. Se llevaba el cuaderno de temas, y de matemáticas y lengua se tenia anotado que era lo que se iba a dictar día por día, por si faltaba el docente cualquiera podía reemplazarlo. No había tantas maestras especiales, solo educación física y música, con
¿Y Ud. María del Carmen como recuerda su paso como docente por
Los ocho años que pase acá en Mansilla fueron muy buenos y los recuerdos son imborrables. Una vez por mes iba a visitar a mi familia. Viajaba en tren hasta Gualeguay y volvía en un tren carguero que salía a las 4 de la madrugada. Llegaba sobre el mediodía y la directora tenia que dar clases por mí.
Seguramente quedaron momentos muy lindos, ¿se extraña mucho?
Éramos jóvenes y compartíamos muchas horas. Íbamos a la casa de Chichita y nos juntábamos a charlar mientras preparábamos las clases para los días siguientes. Salíamos a pasear, íbamos a la estación cuando pasaba el tren para Buenos Aires y por supuesto no faltábamos a los bailes. Después fui a trabajar a Gualeguay donde me jubilé como Directora. Nunca deje de venir a Mansilla y reencontrarme con colegas y ex-alumnos.
¿Cual es, a su entender Chichita, lo mas importante que la escuela debe seguir transmitiendo a los alumnos?
En aquella época todos los grados tenían su libro de lectura y los alumnos aprendían a leer con su libro, propio o prestado por la escuela. Pienso que: alumno que no sabe leer, menos puede llegar a estudiar ya que no sabe interpretar. A veces me dicen que yo leo bien. Y eso no es mérito mío, sino de mis maestros.
Y además el trato del alumno hacia el docente era otro, y también con los padres. Esta bien que los tiempos han cambiado. Pero el respeto era muy importante.
Nos despedimos de aquellas damas con el agradecimiento por la generosidad de su tiempo y la sencillez de sus palabras, que nos recordaron a los que ocupamos el lugar de docentes, la responsabilidad que conlleva el mismo. Seguramente quedará en el recuerdo de muchos niños de manos frías y de corazones llenos de afecto, la imagen de estas “Maestras del Alma”.