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MAESTRAS DEL ALMA – por Alejandro Edgar Ansa.

En una tarde de mediados de febrero y al reparo de los últimos rayos del sol, iniciamos la charla, que a la sombra de las tipas de la plazoleta, prometía adentrarnos en los recuerdos de dos “Maestras del Alma”. Compartíamos el momento con Yolanda “Chichita” Reato y María del Carmen Razzetto, docentes jubiladas que formaron parte del plantel docente y directivo de la Escuela Nº 8 “Gral. Román Deheza”. Gracias a su gentileza, desandamos el camino de la nostalgia en cálido dialogo coordinado por Noemí Zampieri. De estos instantes tan fielmente vividos extractamos para compartir con Ud. los siguientes párrafos:

¿Chichita, cuáles fueron sus comienzos como maestra?

Empecé a dar clases en la Escuela Nº 8 en la década del ’40 y las primeras suplencias las hice en 2º y 6º año Teníamos clases de lunes a sábado en los dos turnos, mañana y tarde. Como yo me había recibido de 17 años, algunos alumnos tenían poca diferencia de edad conmigo, por que había alumnos de 12 y hasta 13 años. La escuela se reformó por esos años y estaba funcionando en Carmen de los Santos entre Moreno y Lavalle en una gran casona.

En el año 1946 quede efectiva en el cargo y durante 8 años estuve al frente de 1º grado, a los que siguieron otros 8 más en 6º, el último año, ya que por entonces la escolaridad contaba con siete años, lo único que estaba el 1º inferior y el 1º superior.

de izq. a der.: "Chichita" Reato, Noemí Zampieri y María del Carmen Razzetto. (AEA Imágenes)

¿Tuvo muchos grupos de alumnos?

Teníamos bastantes alumnos, los grupos mas chicos eran de 28 o 29 alumnos. En ese entonces no se separaban a los chicos por diferentes niveles de conocimientos. Había de todo: estaban los que no sabían ni tomar el lápiz y los que repetían desde hace muchos años. No había jardín de infantes, así que era una gran satisfacción llegar a fin de año y ver los logros que mostraban los alumnos. Hacíamos de maestras pero también de madres, enseñar con paciencia y respeto, brindando protección y amparo, calentando manos para que puedan empezar a escribir en las frías mañanas de invierno.

¿Cuántos años trabajó en la Escuela Nº 8?

Mi carrera en la docencia fue de 16 años al frente del grado y después la secretaría durante 21 años más. Para el cargo de Secretaria fui a rendir a Paraná con Maria del Carmen. Era la única del departamento tala y María del Carmen fue por el Departamento Gualeguay. Aparte de la función de secretaria muchas veces tuve que volver atender un grado cuando un docente faltaba.

Durante mis años de docencia tuve muchos directores a los que quiero recordar:

Olga Rodríguez de Barreto, que fue además mi maestra de 3º grado, Jorge Nelson Mangia, Carlota Romagna, Blanca Burman de Setuain, y ya como secretaria, Magdalena Quattrocchio de Morrison y Ercilia Grassi de Garzia

¿Como eran las actividades de sus días de docente al frente del grado?

Con respecto a la forma en que trabajamos les puedo contar que las reuniones de docentes se hacían fuera del horario de clases. Al igual que los preparativos para los actos y fiestas. Se llevaba el cuaderno de temas, y de matemáticas y lengua se tenia anotado que era lo que se iba a dictar día por día, por si faltaba el docente cualquiera podía reemplazarlo. No había tantas maestras especiales, solo educación física y música, con la Profesora Isabel Salaberry. Los docentes también se hacían cargo de atender el comedor turnándose, ya sea del turno mañana o tarde.

¿Y Ud. María del Carmen como recuerda su paso como docente por la Escuela Nº 8?

Los ocho años que pase acá en Mansilla fueron muy buenos y los recuerdos son imborrables. Una vez por mes iba a visitar a mi familia. Viajaba en tren hasta Gualeguay y volvía en un tren carguero que salía a las 4 de la madrugada. Llegaba sobre el mediodía y la directora tenia que dar clases por mí.

Seguramente quedaron momentos muy lindos, ¿se extraña mucho?

Éramos jóvenes y compartíamos muchas horas. Íbamos a la casa de Chichita y nos juntábamos a charlar mientras preparábamos las clases para los días siguientes. Salíamos a pasear, íbamos a la estación cuando pasaba el tren para Buenos Aires y por supuesto no faltábamos a los bailes. Después fui a trabajar a Gualeguay donde me jubilé como Directora. Nunca deje de venir a Mansilla y reencontrarme con colegas y ex-alumnos.

¿Cual es, a su entender Chichita, lo mas importante que la escuela debe seguir transmitiendo a los alumnos?

En aquella época todos los grados tenían su libro de lectura y los alumnos aprendían a leer con su libro, propio o prestado por la escuela. Pienso que: alumno que no sabe leer, menos puede llegar a estudiar ya que no sabe interpretar. A veces me dicen que yo leo bien. Y eso no es mérito mío, sino de mis maestros.

Y además el trato del alumno hacia el docente era otro, y también con los padres. Esta bien que los tiempos han cambiado. Pero el respeto era muy importante.

Nos despedimos de aquellas damas con el agradecimiento por la generosidad de su tiempo y la sencillez de sus palabras, que nos recordaron a los que ocupamos el lugar de docentes, la responsabilidad que conlleva el mismo. Seguramente quedará en el recuerdo de muchos niños de manos frías y de corazones llenos de afecto, la imagen de estas “Maestras del Alma”.

RECORDANDO A DON FERMÍN - por Gustavo Gandini

Sea lo primero un saludo amistoso para todos los integrantes de la página.

Hoy quisiera recordar a don Fermín Almenares, a quién supe conocer en Mansilla.

Comiendo un asado en el Club Atlético, él me relató, que en la ciudad de Buenos Aires, había visitado a la destacada escritora, poeta y sobre todo periodista que dirigiera junto a su esposo Natalio Botana, el diario Crítica, uno de los diarios más importantes de la Argentina, fundado 1913 y que apareciera hasta el año 1961. Se trataba de Salvadora Medina Onrubia de Botana, quién en la visita mencionada le obsequiara a don Fermín un ejemplar de su libro de poesía.

En aquel momento de la charla, no tenía conocimiento de quien fue aquella brillante mujer, que supo residir en la ciudad de Gualeguay, al pasar de los años tome conocimiento de la misma y de su obra, y sobre todo de su lucha por los derechos de la mujer.

Por todo lo dicho quiero recordar a don Fermín Almenares, un hombre amante de la cultura y por sobre todo un amigo.

Gustavo Adolfo Gandini

NUESTRO AGRADECIMIENTO AL SR. GUSTAVO GANDINI, POR SU PARTICIPACIÓN E INTERESANTÍSIMO APORTE.

En tiempos del COBRA – por Alejandro Edgar Ansa

La red argentina de ferrocarril fue la más importante del continente con unos 47.000 Km. de extensión por todo el país, sumado a su dinamismo económico durante la primera mitad del siglo XX. Las grandes líneas que unían las ciudades argentinas estuvieron en manos de compañías inglesas hasta que en 1948 fueron nacionalizadas por Perón. Y así, con alguna reprivatización puntual, se mantuvieron hasta las reformas neoliberales de Menem. Entre 1991 y 1993 el estado se deshizo de toda la red y se cerraron prácticamente la totalidad de las líneas.

En esos tiempos se decía que el ferrocarril perdía un millón de dólares diarios y el servicio era poco menos que pésimo. De esta forma como usuarios de los trenes el común de la gente vio con buenos ojos la privatización

De la mano de la libre empresa, el tren dejó de cumplir una función social y articuladora de las economías regionales, para empezar a transportar lo que le convenía. En apenas 7.000 Km. de vías operables los trenes de carga son mayoría, llevando la producción de nuestra tierra a los principales puertos exportadores. Los pocos trenes de pasajeros se mantienen dentro del área urbana de nuestra capital y cuentan con la “correspondiente” subvención del Estado, para que, al igual que ganado, viajen hacinados y en condiciones paupérrimas de seguridad los habitantes de la Capital.

Futuro, Presente y Pasado (AEA Imágenes)

¿Por que hablar de los trenes y recordar estos datos en estos tiempos?

La cuantía de información que se produce en estos días sobre la actualidad ferroviaria argentina, con trenes de pasajeros que no salen a tiempo, y que si lo hacen no saben en que momento llegarán a destino. Trenes varados durante horas por locomotoras sin mantenimiento. Trenes descarrilados por vías en condiciones deplorables. En este tiempo del COBRA como se refiere en el título, un tren eléctrico de alta velocidad (TAVE) que adjudicado por estos días unirá en poco más de dos años las tres ciudades más grandes del país.

¡Mirar al futuro! Seguramente con la convicción de construir mejores condiciones de para los ciudadanos. En una Argentina que no tiene asegurada su provisión energética en cada estación con consumos picos, es difícil de entender como se puede pensar en proyectos que superarán fácilmente los 1.000 millones, cuando existen prioridades en otros ámbitos. Un tren que pagaremos los argentinos –a partir de nuestros impuestos- y que usarán los argentinos que puedan pagar el pasaje similar al de un viaje en avión.

En tiempos del COBRA, seguramente pensando en el futuro, solo queda el sentimiento de los más de 600 pueblos que según la organización RESPONDE a través de los últimos censos disminuyen su población a partir de, la mayoría de ellos, el abandono del “tren”. Muchos de ellos cercanos a Gobernador Mansilla. Es un aliciente que nuestro pueblo no este incluido en esta lista, pero con claridad, permanece en el inconsciente colectivo el sonido del silbato partiendo de la estación.

Carnaval de Antaño - por Alejandro Edgar Ansa

Carroza de Santa María (gentileza Familia Zampieri)

Hoy volvemos rescatar de nuestra memoria colectiva los “bailes de carnaval”, y lo hacemos a través del relato de Rubén “Firulin” Zampieri y su esposa Yolanda Godoy, que con la coordinación de Noemí Zampieri, tan gentilmente han accedido a contarnos sus experiencias de años “mozos”:

El patio del Club estaba casi listo para el baile, los mascarones y los gallardetes colgados del techo de la pista de baile techada por inaugurar, tenia diez metros de lado y era todo un orgullo para la comisión. Bajo la galería estaban dispuestas alrededor de las mesas, las sillas que seguramente esta noche serían pocas. Y como en veces anteriores habría que ir a buscar a la casa de algún vecino generoso algunas otras a medida que el público fuese ocupándolas y se tendría que pasar por arriba del tapial. El mismo que sabía dividir el “baile social” del popular, que permitía otros modos. Sabido era que al club se podría entrar de botas de campo, pero sin corbata, ¡jamás!

Este era el primer baile de carnaval de este año que se sitúa entre los’40 y los ’50, el primero de la serie de dos fines de semanas consecutivos con sus sábados y domingos respectivos, y el lunes y martes previos al “miércoles de ceniza”. Se sobreentiende que los últimos dos bailes se hacían ya entrada la Cuaresma y cuantos problemas traía ello con el Sacerdote. Seguramente las aguas se apaciguarían pasada la “Semana Santa” y los bailes retornarían el Domingo de Pascuas.

Por la tarde había arribado la “Orquesta Típica de Murillo”, directamente de la Ciudad de Buenos Aires, el viaje había sido largo incluyendo el cruce del Paraná en balsa desde Zárate hasta Puerto Constanza. Tras el descanso pertinente los músicos estaban preparados para un largo show donde serían la única y gran atracción. Como orquesta “Típica” se entendía por aquellos tiempos a la que ejecutaba ritmos clásicos del “2x4” como el tango, la milonga y el vals. Se diferenciaba de la orquesta “Característica” en que ésta última se dedicaba a los ritmos más populares como el Fox-trot, la rumba y el pasodoble. Los códigos de la época marcaban que la orquesta ejecutaba una serie de dos temas o “piezas musicales” y descansaba unos minutos, así que el baile entre las parejas cumplía las mismas condiciones.

Y entrando de a poco en el desarrollo del baile, las familias habían llegado temprano, casi al atardecer. Los grupos de señoras y sus hijas mozas se ubicaban en grandes rondas de charlas y comentarios. Algunos pocos niños correteando bajo la mirada atenta de sus madres. Por el predio social se paseaban varios disfrazados o “mascaritas” que, con su respectivo permiso policial y municipal por escrito, caminaban entre la gente haciendo sus pasayadas, para luego seguir su camino. Los hombres por su lado se reunían cerca de la cantina y de parados, compartían algunas cervezas “Quilmes” pues era noche de verano aún y el calor sofocaba. Los demás disfrutaban de la gaseosa popular de la época, la “Bilz”, que con su refrescante sabor a naranja satisfacía a todos. Aunque hay que destacar que uno de los productos mas vendidos en las noches de bailes eran las pastillas, en especial las de mentol, ya que había que ocultar en parte el aliento a alcohol y a cigarrillo ante la oportunidad de bailar con alguna señorita.

El ritual del baile se iniciaba con la invitación a la agraciada en la propia mesa y a la vista de su señora madre, pues había que tener mucha confianza para, desde lejos, hacer una “seña con la cabeza” y tener la seguridad de que la señorita iba a responder. Cuantas veces la seña no era para uno, sino para otro que se encontraba detrás. Imagínense ir hacia la pista y nada… ¡que vergüenza semejante desplante!

La orquesta seguía con su ritmo de dos “piezas” y su pertinente descanso, momento en que los asistentes aprovechaban para el disfrute carnavalesco por medio de “lanzaperfumes”, pomos de gomas rellenos con agua, papel picado y serpentinas, que quedaban enredadas en los alambres que sostenían los focos de colores. No era esta la ocasión, pero más de una vez se vio aparecer a una conocida familia mansillense provista de paraguas y piloto para atemperar los embates del agua de carnaval, y que la imprevista tormenta de verano retornó a aquellos elementos de defensa a su verdadero significado.

Así con el correr de las horas los bailarines disfrutaban cada instancia musical, pues casi nadie despreciaba la oportunidad, ya que eran pocas las ocasiones en el año para la diversión. La llegada de la medianoche marcaba el final de la provisión de energía eléctrica de la vieja usina, pero seguramente no sería la culminación del baile de carnaval. La extensión del mismo se alargaría a la luz de los “soles de noche” hasta que no haya quien para “darle fuelle”.

Un agradecimiento muy grande a “Yola” y “Firulín” por cedernos parte de sus gratos recuerdos sobre aquellos bailes de carnaval que tanto disfrutaron. Por ser protagonistas y seguramente grandes artífices de las reuniones sociales a través de varias décadas. Y por permitirnos rememorar una arista más de “nuestro pasado mansillense”.

IMPERIALES MANSILLENSES DE MBURUCUYÁ


El “Grupo “Añoranzas”, con motivo de la Muestra “118 AÑOS” 18 ARTISTAS…, presentó los “Imperiales Mansillenses” de Mburucuyá y el “Jugo de Naranjas al licor”.

Como se ha hecho ya costumbre, y continuando con su tarea de investigación y búsqueda de sabores típicos de Gobernador Mansilla, que nos representen y hablen a cerca de nosotros mismos, el Grupo “Añoranzas” puso a consideración de los visitantes dos creaciones a partir de productos regionales.

Para celebrar el 118 aniversario de la fundación de nuestro querido pueblo, elaboró los “Imperiales Mansillenses” de Mburucuyá, preparados a partir del exótico y delicioso dulce que se hace con los fruto del Murucuyá, Pasionaria o Flor de Cristo, los cuales crecen en forma silvestre, y fueron recogidos en el campo, más una delicada crema e hilos de chocolate blanco, entre otros componentes.

Mientras que el jugo de naranjas que se ofreció a los agasajados observadores de la Muestra, contaba con el plus de un Licor de Naranjas artesanal fabricado por el Grupo.

Dos creaciones sobriamente exquisitas…

VER NOTA RELACIONADA

Cambios en la Parroquia - por Alejandro Edgar Ansa

A pocos meses de su llegada el Pbro. Ariel Crettaz dejó de cumplir las funciones de cura párroco en la Parroquia Nuestra Sra. del Carmen. Dentro del marco de la reestructuración de las distintas comunidades católicas de la Diócesis de Gualeguaychú, que lleva adelante Mons. Jorge Lozano.

El viernes 1º de febrero de 2008 el padre Ariel asumió como párroco de la Parroquia San Juan Bautista de Gualeguaychú, lugar donde desde ese día desarrollará su labor pastoral. En su reemplazo arribó a nuestra localidad el Pbro. Fernando Visconti, proveniente de Rosario del Tala donde se encontraba a cargo de la administración parroquial de la Parroquia Nuestra Sra. del Rosario.

En la lluviosa noche del sábado 2 de febrero se llevó a cabo la celebración eucarística encabezada por el Obispo Monseñor Jorge Lozano, donde el Pbro. Fernando Visconti asumió la responsabilidad de conducir a la feligresía católica de Gobernador Mansilla.